La mitocondria humana |
VISITA EL MAPA GENETICO MITOCONDRIAL La mitocondria es un orgánulo celular al que tempranamente se asignó el papel de "horno" de la célula donde se obtiene energía tras el proceso oxidativo que ocurre sobre distintos metabolitos. Además, posee en su membrana esos magníficos mecanismos de la cadena transportadora de electrones y de la ATPasa, que permiten la transformación de la energia de oxidación en la llamada "moneda energética universal" de la célula; esto es, el ATP. Todo esto, con ser crítico en la vida de la célula eucarionte, no habría sido suficiente para despertar el interés de la genética molecular, la antropología genética, o la misma oncología. Hay otros elementos que contribuyen a dar a la mitocondria un papel relevante en la genética molecular y otras ciencias que utilizan las poderosas herramientas genetico-moleculares: 1) Las mitocondrias son heredadas de la madre: esto tiene importantes consecuencias genéticas; pero además se puede utilizar por los antropólogos moleculares en sus estudios sobre la evolución, aportando una información decisiva en el análisis del proceso evolutivo del que resulta el hombre actual. 2) La mitocondria posee un DNA circular propio, de un tamaño de 16569 pares de bases, conteniendo un pequeño número de genes, distribuidos entre la cadena H y la cadena L. Estos genes mitocondriales son: genes de mRNAs, codificando para diversas proteínas La zona del DNA circular conocida como D-Loop o lazo D, aloja el origen de replicación de la cadena H, el origen de transcripción de la cadena H, y el origen de transcripción de la cadena L, además de una secuencia codificadora de RNA 7S. Hemos visto como el DNA circular mitocondrial humano posee información muy compactada ; sin embargo, con este pequeño número de genes no se puede construir un organulo de las características de la mitocondria. Se necesitan muchas más proteínas, y por lo tanto muchos más genes. Existe más de un centenar de genes formando parte del genoma nuclear y ubicados en distintos cromosomas que codifican proteínas mitocondriales. Por último, podemos decir que en nuestra opinión una de las más prometedoras aproximaciones a la carcinogénesis en humanos, y a una posterior acción terapeutica radica en el conocimiento del papel de la mitocondria en el desarrollo de tumores humanos. Cuando la célula pierde el control de los acontecimientos que causan la proliferación celular, debe entrar en acción ese mecanismo de "autodestrucción programada" que llamamos apoptosis. No sería por lo tanto excesivo decir que la tumoración nace tanto de la pérdida del control proliferativo como del fallo en el programa apoptótico. El programa apoptótico se desarrolla en gran medida tomando como objetivo la mitocondria. Esto es, una etapa clave de la autodestrucción celular es la eliminación de la capacidad de la mitocondria para producir ATP, lo que conlleva la pérdida de funciones vitales para la célula como son la capacidad de transporte de metabolitos, de biosíntesis de metabolitos y macromoléculas precisos para el mantenimiento de las estructuras celulares, la capacidad electrogénica de la membrana plasmática, la capacidad de relación mediante los sistemas transduccionales, etc. Esta incapacidad para producir ATP es debida a la acción de proteínas pro-apoptóticas que actúan sobre la mitocondria causando una disminución drástica de su potencial de membrana. Una de nuestras líneas de trabajo se dirige a comprender el mecanismo que permite a las células tumorales soslayar la acción de las proteínas pro-apoptóticas a nivel mitocondrial.
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